Imagina un trailer avanzando por la autopista con un enorme rollo de acero de varias toneladas en su semirremolque. De pronto, un auto se atraviesa y el conductor del camión frena en seco. En ese instante, la carga cilíndrica –que parecía inerte– cobra vida con la fuerza de la inercia, rompiendo amarres y desplazándose hacia la cabina. El escenario es aterrador: en cuestión de segundos, aquello que iba bien sujeto puede convertirse en un proyectil imparable. No es una escena de película, es un peligro real y latente en el transporte de rollos pesados en camiones.
¿Por qué ocurren los accidentes de los camiones?
Cada año ocurren numerosos accidentes causados por cargas mal aseguradas. Se estima que entre un 25% y 45% de los accidentes en el transporte de mercancías se deben a problemas de estiba o sujeción deficiente de la carga. Este tipo de fallas incrementa dramáticamente el riesgo de que el vehículo se vuelva inestable, de que vuelque en la vía o de que la carga salga despedida con consecuencias potencialmente fatales. Entre todas las cargas, los rollos (ya sean bobinas de acero, enormes rollos de papel u otros cilindros pesados) destacan por el desafío que imponen a la seguridad.
Pero ¿Por qué los rollos son cargas especialmente peligrosas?
A primera vista, transportar un gran rollo en un camión podría parecer tan rutinario como llevar cualquier otra mercancía pesada. Sin embargo, los rollos encierran peligros particulares. ¿La razón? Su forma cilíndrica y su enorme masa. Un rollo de acero o papel de varias toneladas tiene una tendencia natural a rodar o desplazarse si no está perfectamente inmovilizado. A diferencia de una carga cúbica que queda firme sobre la plataforma, un cilindro ofrece menos superficie de apoyo y puede girar sobre sí mismo con relativa facilidad si se libera. En otras palabras, es una carga que “quiere” moverse: en una frenada, quiere seguir rodando hacia adelante; en una curva, quiere escurrirse hacia un lado.
Además, estos rollos suelen concentrar mucho peso en un solo punto. Esto eleva el centro de gravedad del camión y puede provocar inestabilidad incluso en condiciones normales de conducción. Un centro de gravedad más alto significa que el vehículo es más propenso a tambalearse y volcar si la carga se desplaza bruscamente. Basta con que el rollo se mueva unos centímetros para alterar el equilibrio del camión entero. Por si fuera poco, la inercia juega en contra: un rollo de decenas de toneladas posee una energía cinética enorme que, si llega a liberarse, es muy difícil de contener. Por eso esta carga se considera especialmente riesgosa: combina gran peso, forma rodante y alta inercia, una mezcla peligrosa si no se toman medidas rigurosas de seguridad.

La estabilidad del camión bajo amenaza
Cuando un camión lleva un rollo pesado, su estabilidad general se ve comprometida. El centro de gravedad del conjunto camión-remolque se desplaza hacia arriba y, a veces, hacia donde esté colocado el rollo. Un camión con el centro de gravedad elevado se vuelve mucho más sensible a cualquier desequilibrio. Incluso pequeñas desviaciones pueden amplificarse: un volantazo para esquivar un bache o una ráfaga de viento lateral pueden hacer oscilar la carga. Si la carga llega a moverse, ese desplazamiento de peso repentino puede causar una pérdida de control. Imaginemos la masa del rollo “empujando” al camión desde adentro: un desplazamiento inesperado del peso puede cambiar la trayectoria del vehículo, oponer resistencia a la dirección que intenta el conductor y, en el peor caso, desencadenar un vuelco o un derrape.
Por otro lado, si el rollo no está bien centrado (por ejemplo, si va más cargado hacia un costado), el camión puede presentar un desequilibrio lateral. Esa desigualdad de peso vuelve más inestable al vehículo, especialmente en giros. Los camiones ya de por sí tienen un ancho de vía considerable y un balance delicado; con un rollo descentrado, un lado del camión soporta mucho más peso que el otro. El resultado es que en una curva hacia ese lado, la fuerza centrífuga y la inclinación pueden superar el límite de estabilidad y volcar el vehículo. Como vemos, los accidentes por vuelco son tristemente comunes cuando la carga no está bien distribuida o asegurada.
Peligros acechando en curvas cerradas
Las curvas son uno de los peores enemigos para un camión cargado con rollos pesados. Al tomar una curva, la física no perdona: la carga tiende a continuar en línea recta y se “pega” hacia el exterior de la curva. Esto genera una fuerte fuerza lateral. Si el camión toma la curva demasiado rápido o de forma brusca, esa fuerza lateral puede vencer la fricción que sujeta al rollo y hacer que se desplace o que todo el camión empiece a ladearse. Un rollo mal sujeto puede rodar o resbalar hacia el costado, acumulando impulso.

Cuando esto sucede, el centro de gravedad se desplaza aún más hacia el lado externo de la curva, aumentando el efecto palanca que puede volcar al camión. En cuestión de instantes, el conductor puede sentir cómo el volante pierde respuesta y el tráiler comienza a tambalearse.
Si no logra corregir a tiempo (y a veces ni siquiera con correcciones), el vuelco es inminente. De hecho, los camiones altos y con cargas concentradas son especialmente propensos a volcar en giros rápidos o repentinos
Riesgos durante frenadas de emergencia
Otra situación crítica es la frenada brusca. Cuando el conductor clava los frenos, el camión intenta detenerse, pero el rollo quiere seguir hacia adelante con toda su inercia. En ese instante, las correas, cadenas o amarres que sujetan la bobina reciben una tensión enorme. Si la sujeción es inadecuada o insuficiente, puede ceder bajo el súbito tirón. De hecho, los amarres deben ser capaces de resistir fuerzas equivalentes al peso del rollo multiplicado por la desaceleración de un frenazo. Si no, ocurre lo peor: la carga se desprende y sale disparada.
Un rollo de varias toneladas puede atravesar la pared frontal del remolque e incluso la cabina del camión como si fuera de papel. Lamentablemente, ha sucedido en la vida real:
Un caso impactante ocurrió en Chile, en la Ruta 68, a inicios de 2025. Un camión que transportaba una bobina de acero ( de entre 20 y 28 toneladas) tuvo que frenar de improviso para evitar chocar con un auto. La maniobra repentina hizo que las cadenas de sujeción no resistieran la carga y se cortaran, liberando el pesado rollo. La enorme bobina rodó hacia adelante con fuerza y terminó incrustada en la cabina donde iba el conductor.
Increíblemente, el chofer salvó su vida, aunque resultó lesionado y tuvo que ser hospitalizado. El camión quedó con la cabina destrozada por dentro.
Este ejemplo dramático muestra cómo, en una frenada de emergencia, un rollo mal asegurado se transforma en un ariete mortal. No solo corre peligro el conductor del camión; si la bobina llega a salir despedida a la vía, podría impactar a otros vehículos. Imaginar un rollo de acero de 25+ toneladas girando en el pavimento es escalofriante: podría aplastar autos pequeños con extrema facilidad. Y no es un hecho aislado.
Detallarte uno de varios tipos de accidentes relacionado con los rollos gigantescos es simplemente para concientizarte, antes de hacer una incorporación o frenada brusca. Estos accidentes a menudo ponen en extremo peligro la vida del conductor y de acompañantes. En algunos casos, el conductor sale ileso o con heridas, pero en otros podría ocurrir un desenlace fatal si la cabina es aplastada completamente.
Estos ejemplos nos dejan grandes lecciones. La primera es que subestimar la importancia de asegurar correctamente un rollo puede tener resultados catastróficos. La segunda, que la conducción debe adaptarse al tipo de carga: un camión con un rollo gigante no puede conducirse como si fuera vacío o con carga convencional.

Y la tercera, que incluso con experiencia, los imprevistos ocurren (un auto que se cruza, un semáforo que cambia, un animal en la vía) y debemos estar preparados con margen de seguridad en todo momento.
Precauciones indispensables al transportar rollos
Para mitigar estos peligros, es fundamental tomar precauciones rigurosas al cargar y conducir camiones con rollos pesados. Es esencial transportar esta carga con Vehículos adecuados con soportes especiales y con remolques diseñados para transportar bobinas, provistos de cunas o lechos cóncavos para acomodar el rollo. No está de mas mencionar que la Sujeción debe ser robusta y redundante: Asegurando cada rollo con múltiples amarres de alta resistencia. Nunca confiar en una sola cadena. De hecho, las normativas y buenas prácticas indican que cada bobina debe atarse con un mínimo de dos cables o cadenas.
¡Vamos! Transportar rollos de gran peso en camiones no tiene por qué ser una tragedia anunciada, siempre y cuando se entiendan los peligros y se actúe en consecuencia. Hemos visto que la carga de rollos presenta desafíos únicos: tiende a rodar, concentra un peso enorme en un punto y puede desequilibrar a un camión en un abrir y cerrar de ojos.

Las curvas y las frenadas fuertes son situaciones especialmente críticas donde muchos han aprendido, a un alto costo, cuán devastador puede ser un descuido. Sin embargo, con medidas preventivas adecuadas, estos riesgos pueden controlarse. El uso de vehículos apropiados con soportes especiales, la sujeción redundante y resistente de la carga, una conducción prevenida y el apoyo de tecnologías modernas crean un escudo de seguridad alrededor de la carga, evitando que se convierta en un agente de caos.
Al final del día, cada rollo que se monta en un camión debe tratarse con el respeto y la seriedad que merece una carga potencialmente mortal. No es exageración: un error puede costar vidas en la carretera. Por eso, la próxima vez que veas un camión llevando una bobina gigante, recuerda todo lo que hay detrás: cálculos, amarres, revisiones, tecnología y una atención extrema del conductor para mantener a raya a ese gigante dormido sobre ruedas.



