Un Rugido que Marcó Época
Hablar del Cummins Big Cam es recordar una época en la que la potencia y la durabilidad lo eran todo.
Los Primeros Pasos: Nace el Big Cam I (1977)
La década de 1970 fue una era complicada para la industria del transporte pesado. Las crisis energéticas hacía de las sullas y en un momento donde todo parecía incierto, Cummins decidió no esperar a que las condiciones mejoraran por sí solas. En 1975, la compañía lanzó su serie Formula, una respuesta directa a las demandas del mercado por motores más eficientes. Estos motores introdujeron un cambio fundamental: la reducción de la velocidad nominal de los motores para mejorar el consumo de combustible. Aunque los detalles técnicos de estos ajustes pueden parecer simples en retrospectiva, la serie Formula fue un paso esencial hacia un nuevo paradigma en el diseño de motores.
Si bien el motor Formula y el motor Big Cam tiene mucha similitud, realmente son diferentes, aunque ambos pertenecen a la misma familia de motores de la serie Cummins.
Con eso en mente, la serie Formula fue el comienzo de un cambio en la ingeniería de motores de Cummins, pero la verdadera revolución en sus motores llegó con la introducción de la serie Big Cam a finales de los de 1970.
Con la crisis del petróleo de 1973 los caballos en los motores eran lo menos importante y con esa idea Cummins lanzó el Big Cam I en 1977. Este motor venía con una promesa clara: ofrecer un mejor rendimiento de combustible sin sacrificar la potencia.
¡OJO aquí! Lo más relevante sin duda era su árbol de levas más grande que pasaba de 2 pulgadas a dos pulgadas y media, de ahí el nombre “Big Cam” o “Gran leva”. Este cambio permitió un control más preciso de la inyección de combustible, mejorando así la eficiencia y una reducción del sobrecalentamiento, de hecho de la mano de este y otros programas, se logró alcanzar entre 1976 y 1979 un 15% de mejora en la economía de combustible.
Cierto es que aquellos grandes amigos que montaban uno de estos motores bajo recuerdan al Big Cam I como un motor que brindaba una sensación de robustez, dando un rango de potencia entre 290 y 400 caballos de fuerza (HP).
Si, Los conductores sabían que podían confiar en él para largos recorridos sin interrupciones, lo cual era esencial en una época donde el tiempo en la carretera era dinero.
Lo que pocos mencionan es que, para muchos, el Big Cam I no solo representaba una mejora en todos los sentidos técnicos. Big Cam I Representaba un respiro en un momento en que la industria necesitaba desesperadamente avances en eficiencia. En un mundo post-crisis del petróleo, tener un motor que optimizara el consumo de combustible era casi un acto de supervivencia.
Los años dorados de la Serie Big Cam 2 (1979-1982)
La Llegada del Big Cam II: Eficiencia y Cuidado del Medioambiente (1979)
Solo tres años después, en 1979, Cummins nos presentó el Big Cam II. En apariencia, podía parecer una continuación natural del primer modelo, pero bajo el capó había cambios importantes. Uno de los avances más significativos fue la mejora en la inyección de combustible y ahora contaba con un sistema de lubricación por flujo de demanda, que permitía una mejor gestión del aceite y mayor durabilidad, haciéndolo aún más eficiente que su predecesor.
Si el Big Cam I ya había sorprendido por su capacidad de ahorro, el Big Cam II llevó ese ahorro a un nuevo nivel.
Un dato importante es que para este año, el de 1979 Cummins dominaba con un 40% el mercado de transporte pesado, sin embargo, en una época en la que las preocupaciones por el medioambiente comenzaban a tomar fuerza, el Big Cam II ayudó a reducir las emisiones de escape, en gran parte gracias a los ingenieros de Cummins que incorporaron un diseño de refrigeración mejorado, lo que ayudaba a que el motor fuera más eficiente en su rendimiento y por ende, como ya lo mencione, más limpio en cuanto a emisiones.
Cabe resaltar El Big Cam II tenía un rango de potencia similar al del Big Cam I, pero su eficiencia fue lo que realmente lo destacó.
Cummins Big Cam III: Más Poder y Menos Ruido (1982)
Sin embargo, fue en 1982 cuando las cosas realmente se consolidaron con la Big Cam III, una de las versiones más recordadas por los conductores de la época. Este motor trajo consigo una característica que muchos no esperaban: era más silencioso.
Para cualquiera que haya pasado horas detrás del volante, esta mejora no era menor. El Big Cam III ofrecía una conducción más cómoda, gracias a una disminución notable en los niveles de ruido del motor.
Además de la reducción de ruido, Cummins Big Cam lll incluía inyectores de alimentación directa de combustible (DFF), posts-enfriador de tres pasadas, enfriador de aceite de dos pasadas, filtro de lubricación con flujo completo, cárter de aceite de acero estampado, en lugar de aluminio como antes y la incorporación de turbocompresores Holset, siendo en este, el Big Cam 3 el primer producto de Cummins en utilizar este tipo de turbo.
Big Cam III alcanza hasta 400 HP en algunas configuraciones, haciéndolo uno de los motores más potentes de su época. Muchos recordarán cómo el Big Cam III podía con todo: subidas empinadas, largas jornadas bajo el sol o el frío, todo, sin perder el ritmo.
Pero quizá lo más significativo del Big Cam III fue la evolución en términos de control de emisiones. Este motor introdujo sistemas que mejoraban la combustión del diésel. A pesar de que las regulaciones medioambientales eran todavía incipientes en esos años, Cummins ya estaba anticipándose a las exigencias que vendrían más adelante.
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Big Cam IV: El Último de una Era (1984)
Finalmente, en 1984, Cummins presentó el Big Cam IV, el último en la línea de estos legendarios motores, pero no fue hasta 1987 con el llamado “Nuevo Big cam IV”que se introdujo el control de temporización por etapas y la sincronización variable mecánica y más adelante la sincronización de inyección fija.
Por supuesto este motor, el Nuevo Big Cam IV contaba con preparaciones para la futura incorporación de controles electrónicos, algo que estaba comenzando a tomar fuerza en la industria, que aunque hoy en día nos parece algo normal, en su momento fue una innovación radical que abría la puerta a una nueva era de motores mucho más eficientes y sofisticados.
Un punto a resaltar es que en muchos sentidos, el Big Cam IV representó la cúspide de la evolución tecnológica de esta serie y fue el primer producto de Cummins totalmente equipado con turbo Holset, además de contar con una potencia que alcanzaba hasta 444 HP, el Big Cam IV era el más potente de todos.
Imagina el grado de éxito de Big Cam que para principios de 1980 Cummins tenía el 63% del mercado de camiones pesados en América del Norte, es decir que más del 50% de los camiones pesado de América del Norte tenía bajo el capó un motor Cummins.
A punto de la Quiebra: Cummins comete un error con el motor 88NT
Sin embargo, no todo es perfecto y Cummins tenía que cometer algún error para seguir aprendiendo y mejorar sus productos futuros, fue entonces que la versión 88 Big Cam 4 más conocida como la 88NT hizo su aparición a un mundo que lo despreciaría, y es que el motor 88NT, parte de la serie Big Cam IV lanzada por Cummins en 1988, fue un intento ambicioso de cumplir con las regulaciones de emisiones. Sin embargo, a pesar de las buenas intenciones, este modelo terminó siendo una especie de “mancha” en el historial de éxito de Cummins.
El 88NT incorporaba un aumento significativo en la presión de inyección del combustible para reducir emisiones. El problema fue que este avance, aunque técnicamente innovador, sobrepasó los límites de lo que el diseño del motor podía soportar. Los inyectores comenzaron a fallar, y la fiabilidad general del motor se vio gravemente afectada. Muchos usuarios experimentaron problemas con los componentes internos y el rendimiento, lo que rápidamente dañó la reputación de Cummins en el mercado de camiones pesados. Este episodio fue un golpe inesperado, ya que venía de una serie que hasta entonces había tenido mucho éxito. A pesar de sus buenas intenciones, el 88NT se recuerda como un error en la línea Big Cam, tanto así que estuvo a punto de llevar a la quiebra a Cummins hasta que apareció un salvador, el Cummins N14, pero de él hablaremos en otro capítulo de NUESTRA SERIE “solo lo que se nombra existe” donde contamos y revivimos la historia de los camiones y motores diésel.