Mercedes-Benz soltó a sus cinco camiones GenH2 en el mundo real, en las flotas de gigantes como Amazon y Holcim. Tras 225,000 km, el veredicto es claro: la tecnología funciona a la perfección, pero el mundo aún no está listo para ella.
Durante años, el camión de hidrógeno ha sido una promesa, un render futurista, un sueño de cero emisiones locales. Pero, ¿qué pasa cuando ese sueño sale del laboratorio y se enfrenta al barro, los horarios apretados y las exigencias implacables de la logística real? Mercedes-Benz Trucks decidió responder a esa pregunta de la forma más valiente posible: puso cinco de sus prototipos Mercedes-Benz GenH2 en manos de cinco gigantes industriales y los lanzó a la carretera durante casi un año.
Los conejillos de indias no fueron otros que Air Products, Amazon, Holcim, INEOS Inovyn y Wiedmann & Winz. El objetivo: una prueba de fuego sin filtros, integrando estos camiones de pila de combustible en sus operaciones diarias para ver si la tecnología estaba a la altura.
Una Prueba Épica, un Veredicto Contundente
La escala del experimento fue monumental. Los cinco camiones recorrieron en total más de 225,000 kilómetros, el equivalente a dar cinco vueltas al planeta por el ecuador. En esa distancia, un camión diésel comparable habría quemado unos 58,000 litros de combustible, emitiendo 154 toneladas de CO2 a la atmósfera.
¿Y el veredicto de los clientes? Unánime y positivo. La principal conclusión fue la asombrosa practicidad, similar a la de un camión diésel. Con autonomías de 1,000 kilómetros o más y tiempos de repostaje de apenas 10 a 15 minutos, los GenH2 se integraron sin problemas en las complejas redes logísticas.
Los conductores, por su parte, elogiaron la entrega de potencia dinámica, la conducción suave y confortable y, sobre todo, los bajos niveles de ruido. Una experiencia de manejo que solo un vehículo eléctrico puede ofrecer, alimentado en este caso por una pila de combustible de 300 kW y una batería de 70 kWh para los picos de potencia.
Los Números No Mienten
Más allá de las sensaciones, los datos duros respaldaron el éxito de la prueba. El consumo medio de hidrógeno líquido (sLH2) se situó entre 5,6 kg y 8 kg por cada 100 km, una cifra impresionante considerando que operaban con un peso bruto de entre 16 y 34 toneladas.
A lo largo de la prueba, se realizaron 285 repostajes en las estaciones de Woerth y Duisburgo, consumiendo un total de 15 toneladas de hidrógeno líquido, la tecnología preferida por Daimler Truck por su mayor densidad energética, que permite tanques más ligeros y mayor autonomía.
La Cara B: El Talón de Aquiles del Hidrógeno
A pesar del éxito rotundo de la tecnología del vehículo, el informe es honesto y señala los dos grandes elefantes en la habitación que frenan su despliegue masivo:
- La Infraestructura: Sigue existiendo una alarmante falta de estaciones de repostaje de hidrógeno líquido. Se necesitarían unas 2,000 en toda Europa para 2030 para hacer viable una operación a gran escala.
- El Costo (TCO): A día de hoy, operar un camión de hidrógeno no es rentable. El alto precio del hidrógeno y los elevados costos de los seguros de los vehículos hacen que el Costo Total de Propiedad (TCO) sea muy superior al de un diésel.
El Siguiente Paso
Mercedes-Benz no se detiene. Michael Scheib, Jefe de Desarrollo de Vehículos, confirmó que las pruebas han sido “extremadamente valiosas” para refinar la tecnología de cara a la producción en serie.
El plan sigue adelante:
- Una segunda fase de pruebas comenzará a finales de 2025 con otros cinco clientes.
- Ya está en desarrollo la próxima generación del GenH2.
- Se planea una pequeña serie de 100 camiones de nueva generación que se desplegará a clientes a partir de finales de 2026.
La producción en serie a gran escala, sin embargo, se retrasa hasta principios de la década de 2030, un baño de realidad condicionado por la lentitud en la creación de la infraestructura necesaria.
En resumen, la misión fue un éxito: el Mercedes-Benz GenH2 ha demostrado que está listo para el trabajo duro. Ahora, la pregunta ya no es si el camión funciona, sino cuándo estará el mundo listo para él.