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¿Por qué las bobinas de acero no se transportan acostadas?

¡Si te cansas de leer, Aquí te dejo el video completo!

¿Por Qué Las Bobinas De Acero No Se Colocan Planas?

¿Alguna vez has visto un camión cargando una enorme bobina de acero y te has preguntado por qué la lleva parada como una rueda en lugar de acostada? A simple vista, parecería más seguro acostar una bobina de acero. Es redonda, pesada y grande… ¿no rodaría si va plana sobre el piso del remolque? La lógica podría decir eso. Pero en el mundo del transporte de carga, especialmente con materiales industriales como el acero, hay razones de peso para hacer lo contrario. Las bobinas siempre o casi siempre se transportan “de pie, sin el ojo al cielo» apoyadas sobre su borde circular. Y no es un capricho: es una decisión técnica, basada en seguridad, física y experiencia real en carretera.


¿Cómo se hacen las bobinas de acero?

Antes de pensar en cómo se colocan, hay que entender cómo se fabrican. Una bobina de acero nace de un proceso llamado laminado en caliente. El acero se calienta a más de 1000 grados Celsius, se estira, se moldea y se enrolla en forma de rollo compacto. Luego, para acelerar el enfriamiento, se rocía con agua. Pero este enfriamiento solo afecta las capas exteriores. Por dentro, la bobina puede conservar calor durante horas.

Sí, horas. Mientras tú ves un rollo de acero aparentemente frío y listo para el transporte, por dentro podría seguir a cientos de grados. Y no solo eso: la bobina queda enrollada bajo tensión interna. Como un resorte apretado, cada vuelta de acero sostiene una fuerza contenida. Esa energía no se ve, pero está ahí. Y es aquí donde entra el problema de acostarlas.


¿Qué pasa si las bobinas las pones plana «ojo al cielo»?

Cuando una bobina se coloca plana, es decir, acostada sobre una de sus caras planas, todo el peso recae sobre las capas inferiores. Con decenas de toneladas presionando desde arriba, esas capas están bajo estrés constante. Si el camión pasa por un bache, una curva pronunciada o una frenada fuerte, esa vibración puede desencadenar un colapso interno.

Lo que sucede es que la tensión acumulada entre las capas puede liberarse de golpe. Y cuando lo hace, el rollo puede “estallar”, soltarse como un resorte gigante, deshacerse, abrirse o incluso desenrollarse violentamente. Eso es lo que se conoce como fallo catastrófico. Y no es teoría: ha pasado en fábricas, almacenes y durante traslados mal realizados.

Estabilidad: ¿por qué de pie es mejor?

Ahora, hablemos de estabilidad y centro de gravedad, los conceptos físicos detrás del transporte seguro. Una bobina acostada puede parecer más estable porque tiene más superficie de contacto con el piso. Pero esa misma condición la hace más propensa a deslizarse lateralmente si no se sujeta con precisión milimétrica.

En cambio, cuando va de pie, la bobina se apoya sobre una pequeña parte de su circunferencia, pero queda encajada entre cuñas o soportes curvos. Estas cuñas evitan que ruede hacia los lados. Además, se le atraviesan cadenas por el ojo central, sujetándola directamente al remolque. Es un sistema probado: en esta posición, la bobina no solo está bien equilibrada, sino que es más fácil de asegurar por su estructura misma.

Y no olvidemos que colocarla de pie también distribuye mejor su peso en el chasis del remolque, evitando sobrecargar un solo eje.

Manipulación y logística más eficiente

Otra razón para no acostarlas es la forma en que se cargan y descargan. Las grúas industriales y montacargas especiales insertan una barra por el centro hueco de la bobina para levantarla, como si fuera un rollo de papel gigante. Esa maniobra solo se puede hacer si está de pie. Ponerla acostada implicaría voltearla con maquinaria adicional… algo que no todas las plantas ni centros de distribución tienen.

Además, al estar de pie, es más fácil alojarla en el espacio justo del tráiler y asegurarla desde el primer momento. La logística se vuelve más rápida, eficiente y segura.

La seguridad lo es todo

Una bobina de acero puede pesar entre 15 y 30 toneladas. Es decir, más que varios autos juntos. Imagina que una carga así se suelta en plena carretera. Ha sucedido: hay registros de accidentes en los que una bobina mal asegurada ha aplastado la cabina del camión o atravesado otro vehículo. El resultado es, literalmente, mortal.

Por eso, los transportistas que mueven este tipo de carga siguen procedimientos precisos: colocarlas de pie, encunarlas con cuñas firmes, amarrarlas con cadenas tensadas por el ojo y verificar el amarre en cada parada. Todo esto no solo protege la mercancía: salva vidas.

De hecho si deseas conocer mas sobre este tema e realizado ya un video de seguridad vial y conocimiento sobre el mismo, te lo dejo aquí arriba y te invito verlo, esta muy completo e interesante. 


Conclusión: 

Volviendo al tema, No es cuestión de forma, es cuestión de seguridad

Transportar bobinas de acero de pie y nunca o casi nunca acostadas no es una costumbre: es una decisión técnica y vital. Detrás de esa elección hay física, metal caliente, tensión estructural y cientos de experiencias que han enseñado a la industria cómo evitar tragedias.

Momento, quiero aclarar algo antes de cerrar:

No me considero el gran gurú en este tema. Pero sí intento traerte la mejor información posible, explicada de forma sencilla y con base en lo que realmente ocurre en el mundo del transporte. Por supuesto, existen normativas estandarizadas mundialmente y métodos que pueden cambiar dependiendo del país.